Publicado por Orestes Eugellés Mena
Sobre las elecciones del 2012 en Estados Unidos
Ramón Sánchez-Parodi Montoto (*)
De la veintena de políticos que se encaramaron, o pensaron encaramarse, en la telaraña electoral republicana para optar por la candidatura de ese partido a la presidencia de la República en las elecciones del próximo año, solamente quedan dos de ellos encima de la red. Otros cinco (Ron Paul, Jon Huntsman, Michele Bachmann, Rick Perry y Rick Santorum) penden de un hilo y, posiblemente, cuando concluyan los cuatro eventos de primarias que corresponden a ese mes, hayan caído al piso. Quedarían solamente los dos punteros: el “PNHO” (por no haber otro) Willard Mitt Romney y el “matrero” Newton Leroy Gingrich, para disputar quién será finalmente el candidato del Partido Republicano.
El 3 de enero se abrirá el período de primarias con el caucus en el estado de Iowa. Seguirán el propio mes la primaria de New Hampshire el 10; la de South Carolina el 21; y la de Florida el 31. Todos los indicadores (encuestas, dinero recaudado, organización de equipos de campaña, patrocinio de personalidades políticas u organizaciones sociales de tendencia republicana, opiniones de analistas electorales) apuntan a que solamente Romney y Gingrich podrán mantener sus aspiraciones más allá de enero con escasas posibilidades de que alguno de los otros pueda resistir hasta el llamado “super martes” 6 de marzo, cuando diez estados celebrarán sus eventos primarios.
Romney aventaja a Gingrich en cuanto a respaldo del “establishment” republicano, organización de la campaña electora y recaudación financiera. Por su parte, la aspiración de Gingrich había sido prácticamente descartada desde mediados del actual año y revivió entre septiembre y noviembre de este año cuando se desinflaron las candidaturas del gobernador de Texas, Rick Perry y la del comentarista conservador y ex empresario Herman Cain.
Desde la segunda semana de diciembre Gingrich mostró señales de haber perdido impulso. En Iowa, una encuesta del 27 de diciembre de la organización de tendencia demócrata Public Policy Polling situa a Ron Paul con el 24 % de las preferencias, a Romney el 20 % y a Gingrich solo el 13 %. Este resultado indica que la victoria en Iowa estaría entre Paul y Romney; lo cual sería un duro golpe a las aspiraciones presidenciales de Gingrich.
La situación en Iowa muestra una división del apoyo de los llamados “conservadores sociales” entre los siete distintos candidatos republicanos y este sector es uno de los más influyentes dentro de los republicanos del estado. Lo mismo sucede en un grupo afín, el de los evangélicos. Hasta hace pocos días, la mayor parte de los republicanos registrados declaraban que aún no tenían decidido por quién votar. Esta indecisión e insatisfacción ha provocado una atomización de las preferencias, razón por la cual Ron Paul (en realidad un candidato marginal más ligado a los elementos ultraconservadores “libertarios”) aparece como la primera opción en aquellos que han decidido por quién votar.
Gingrich ha sido desplazado en la preferencia electoral de Iowa y hasta nacionalmente, debido a una muy intensa campaña de propaganda negativa lanzada por el equipo de Romney y el Super Pac Restore Our Future. También ha influido la intensificación de la propaganda electoral en Iowa en su contra de Ron Paul y del ex senador Rick Santorum, quienes también han dedicado más esfuerzos y recursos a fortalecer sus aspiraciones en los 99 distritos y 1 774 precintos electorales del estado.
Además, Gingrich no cuenta ni con una organización electoral efectiva ni con recursos financieros para contrarrestar estos ataques, señal de que carece del apoyo político y financiero del “establishment” republicano, lo que constituye un factor decisivo para condenar al fracaso sus aspiraciones.
Independientemente de que el caucus de Iowa tiene un significado simbólico, ya que ni siquiera determina los delegados del estado a la Convención Nacional Republicana que elegirá el candidato presidencial del partido, para un aspirante en precario como Gingrich el resultado de Iowa puede ser determinante en cuanto a mantenerse o abandonar la contienda. Un indicio de la debilidad de Gingrich es no haber podido recopilar a tiempo las diez mil firmas que le permitirían aparecer en la boleta de la primaria republicana de Virginia, uno de los estados que puede ser decisivo para las elecciones presidenciales de noviembre del 2012.
En cuanto al siguiente evento electoral, el de New Hampshire, Romney ha reforzado su campaña en los últimos días, ya que ese es un estado donde las encuestas lo han situado siempre como el preferido de los votantes y trata de evitar la suerte corrida en el 2008, cuando perdió en la primaria luego de haberse mantenido todo el tiempo como el favorito. En las últimas semanas Romney ha invertido alrededor de medio millón de dólares en publicidad electoral, cuenta con cerca de tres mil voluntarios en su campaña y una base de datos y organización que cubre todo el estado.
Ninguno de los otros candidatos tiene la suficiente fuerza y respaldo para derrotar a Romney, pero en su conjunto pueden restarle muchos votos y provocar que su desempeño no sea destacado. Por ejemplo, Gingrich, que lo sigue en las encuestas, logró el patrocinio del principal periódico del estado, The Union Leader de la ciudad de Manchester y ha ido cerrando la brecha con Romney, especialmente trabajando el voto de los grupos conservadores del estado, sobre todo de los trabajadores. Jon Huntsman, con quien comparte la fe religiosa mormona, ha trasladado la sede central de su campaña a New Hampshire y puede restarle votos entre los independientes, mientras que Ron Paul ha demostrado tener una buena organización de campaña electoral y le puede restar votos entre los “libertarios” y los independientes, así como sumarse a Gingrich en captar votos entre los sectores de trabajadores. Romney debe tratar de ganar New Hampshire y hacerlo de manera convincente para llegar en una buena situación a las primarias de South Carolina y Florida, donde sus posibilidades son más inciertas.
Por su parte, en el lado demócrata, Barack Obama disfruta de un momento favorable. Se anotó un punto político cuando forzó a los republicanos en la Cámara de Representantes, incluso con el apoyo del líder republicano en el Senado, a aceptar la prórroga por dos meses de la eliminación del impuesto federal sobre las nóminas de trabajadores. Fue una importante victoria política de Obama en uno de los enfrentamientos alrededor de la principal línea de ataque a su gestión de gobierno que han empleado los republicanos desde el 2009. Otro elemento que ha contribuido al mejoramiento de la posición política de Obama fue la solución en corto plazo de la crisis financiera en la Unión Europea y hasta la afirmación de haber cumplido una promesa electoral con la retirada de las tropas de Iraq. En estas circunstancias, Obama pudo viajar a Hawaii para disfrutar de sus vacaciones navideñas y por fin de año, desde donde observará a distancia las pugnas de los republicanos en estos días finales del 2011, antes del inicio de las primarias.
(*) Fue Jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington 1977-1989 y Viceministro de Relaciones Exteriores
(Tomado del periódico Granma)
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