Chilenos en las calles por nueva Constitución y contra la desigualdad
Tras más de un mes de iniciarse el estallido social en Chile, la situación en las calles continúa siendo muy explosiva en reclamo de justicia y una nueva constitución, aseguró el periodista y analista chileno Rafael Urrejola.
El alza del precio del pasaje del metro fue la llama que encendió la pradera en el país andino, mas detrás de las protestas de los ciudadanos, movimientos sociales, estudiantiles e indígenas, hay toda una historia de humillación y abusos impuesta por el modelo neoliberal en ese país desde hace más de 40 años, aseguró en entrevista exclusiva con Prensa Latina.
Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Chile es el país con la mayor desigualdad del mundo, y de sus 13 millones de trabajadores, aproximadamente ocho millones están endeudados, resultado de una economía basada en el otorgamiento de créditos.
'Todo esto se ha ido acumulando y explotó, la gente comenzó a salir a las calles, y el gran alegato es que ya no quieren más esta constitución de la década de 1980 hecha por (Augusto) Pinochet en dictadura', afirmó Urrejola.
Las principales demandas exigen la creación de un sistema de protección social que garantice seguridad para todos los chilenos con la creación de un nuevo sistema de pensiones que reemplace al fracasado sistema de las Asociaciones de Fondos Provisionales (AFP), detalló.
También, un sueldo mínimo líquido equivalente al menos al costo de la canasta básica, garantizar como derechos constitucionales la salud y educación, entre otros, añadió.
Se trata de diseñar un nuevo modelo de desarrollo para el país basado en la sustentabilidad y no solo en la extracción de las riquezas básicas que apunte a resguardar la dignidad de las personas y la justicia social, explicó. La implantación de este modelo neoliberal trajo aparejada una gran colonización mental, y la privatización de prácticamente todos los servicios, como es el caso de los medios de comunicación, que no reflejan lo que sucede verdaderamente en las calles, subrayó.
'Si tú lees los diarios o ves la prensa, Chile es un país de paz, solo se habla de vándalos que han causado daños en las calles, de los violentistas, se dice que son de procedencia venezolana o cubana, es una cosa realmente falsa, y ya la gente lo sabe', agregó.
Según el analista, alrededor del 70 por ciento de las familias chilenas están endeudadas con los bancos, con las grandes tiendas de alimentación y vestuario, y ya muchas de ellas se han declarado morosas, situación que incentivó a que las personas se mantengan protestando en las calles y rechacen las medidas que ha propuesto el presidente, Sebastián Piñera.
Urrejola consideró que 'Piñera salió a proponer medidas que se quedaron cortas en comparación con el reclamo social, como siempre hacen el imperialismo y el neoliberalismo, eran migajas, medidas de corte miserable, y la gente quiere más que eso, porque en Chile la gente necesita ser libre y necesita justicia'.
La ciudadanía también ha plateado que para llevar adelante estos cambios es necesaria una nueva constitución, cuyo proceso exige una Asamblea Constituyente elegida por el pueblo, refirió.
El reclamo popular ha expresado su claro rechazo al sistema de elección de los asambleístas basado en el mismo mecanismo que la elección de los diputados, dado que se reproduciría en las elecciones el esquema de representación partidaria por lista, cuestión que obligaría a los chilenos a elegir a representantes de partidos políticos, indicó.
'La gente no quiere más eso, quiere una Asamblea Constituyente soberana. Todo este paquete de 'acuerdo por la paz' la gente no lo acepta porque es francamente una trampa en favor de la misma gente del congreso a la que el pueblo repudia', detalló el analista.
'Desgraciadamente este movimiento con millones de gente en las calles no tiene una conducción política, eso es lo peor, porque la gente ya no le cree a la clase política, con alguna excepción obviamente', dijo.
Los acuerdos que se han tomado en el país hasta el momento han sido lo que en Chile denominan 'en la cocina', puesto que no han involucrado a los miembros de los principales movimientos que se mantienen protestando en las calles desde hace más de un mes, ni sus reclamos, comentó.
Durante las más de cinco semanas de protestas pacíficas en las calles de Santiago y otras ciudades, se han producido gravísimos incidentes de violación de los derechos humanos por parte de los carabineros y militares, que han sido denunciadas por numerosas organizaciones sociales y por el colegio médico de ese país, expresó.
'Hay alrededor de nueve mil detenidos, personas torturadas y heridas, incluyendo niños, mujeres violadas, 250 personas sin ojos, y aún así la gente no tiene miedo, principalmente los jóvenes que no tienen en el ADN ese temor que dio la dictadura a la gente mayor' consideró Urrejola.
'En Chile -subrayó- la situación es muy explosiva porque la lucha continúa, y continuará hasta tanto no se eliminen las graves brechas de desigualdades de toda índole que experimenta el país'. Tomada de PRELA
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