A Simeón lo conocí como segundo al mando del Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios y Forestales, y siempre me pareció un dirigente de los que no tienen horario para el trabajo, de los que, además, prefería el anonimato a los cintillos de prensa.
Luis Simeón Salinas. Foto: Joaquín Hernández MenaSu labor en los últimos tiempos no era ya la de dirigir una asamblea obrera, pero nunca olvidó la defensa de sus trabajadores, experiencia que de mucho le sirviera cuando al concluir su mandato en el sindicato pasó a ocupar el cargo de vicejefe del Comité de Control y Revisión de la CTC, e incluso luego, cuando por más de 17 años fuera el jefe de Autoconsumo, al frente de todas las fincas que abastecen al movimiento sindical.
Comenzó su vida laboral en el sector del comercio en Santa Clara, donde también se inició como dirigente sindical en su centro laboral, destacándose en esa tarea. Por su combatividad mereció estudiar, en el año 1964, en la escuela Julio Antonio Mella, primera para dirigentes sindicales que existió en el país.
En 1965, en reunión presidida por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, fue seleccionado para cumplir tareas en el desarrollo azucarero-agropecuario de la provincia de Camagüey, donde ocupó diferentes responsabilidades, incluida la de primer secretario del Comité del Partido en Lugareño, Nuevitas. En el año 1971 llega a la dirección del sindicato agrícola de dicha provincia, y en 1973 pasó a la dirección nacional de esa organización sindical.
En este sindicato, posteriormente nombrado de trabajadores agropecuarios y forestales, ocupó distintos cargos hasta que fue elegido en el año 1987 secretario general, hasta el año 1996; en ese período fue por varios años miembro del Comité y del Consejo Nacional de la CTC.
Tomado de TRABAJADORES
Nació en San Diego del Valle, en la otrora provincia de Las Villas. Luis Simeón Salinas, hombre de criterio y perseverancia en el trabajo, combatiente de la clandestinidad, de la limpia del Escambray y en Playa Girón, falleció la pasada semana en la capital habanera. Su hoja de servicios lo exige: honor para Simeón.
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