Biotecnología en Camagüey: tres décadas de indiscutibles logros
Publicado por Orestes Eugellés Mena
Camagüey, Cuba, 26 jul.- En el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey, segunda institución de ese tipo creada en Cuba en la década de 1980, se ve hoy plenamente materializada la visión de Fidel Castro de fomentar el avance del país a partir de la formación de hombres de ciencia.
Las tres décadas de su impacto en la sociedad se resumen en lo que allí se produce para el posterior beneficio socioeconómico dentro y fuera del territorio cubano, y en los proyectos de investigación, encaminados sobre todo a la generación de nuevos fármacos.
El científico Rolando Morán Valdivia, fundador de la entidad inaugurada por el líder de la Revolución el 25 de julio de 1989, coincide en reconocer tales resultados en ocasión de las celebraciones por los 30 años del centro.
De la mano de especialistas del CIGB en La Habana, Morán Valdivia y otros profesionales se capacitaron en los principios de la biotecnología, asociados a la ingeniería genética y a las técnicas moleculares modernas.
“Por primera vez se apostaba por la utilización de esa tecnología, que tuvo su boom en los años 80 del siglo XX en el mundo, en función de desarrollar no solo los grandes centros científicos del polo del oeste de la capital, sino también de impulsar uno en el interior del país, dedicado a la búsqueda de soluciones para la salud animal y vegetal”, comentó.
Uno de los frutos iniciales fue la elaboración de la primera vacuna nacional con propósitos veterinarios, que contenía antígenos obtenidos por vía recombinante en células bacterianas, rememoró quien es actualmente el investigador principal de la institución camagüeyana.
“Constituyó la primera gran escuela para lo que hoy se hace en el Centro, valoró, y ejemplificó con los productos logrados como el inmunógeno GAVAC, utilizado para el control integrado de la garrapata del género Rhipicephalus (boophilus) microplus; la vacuna PORVAC para combatir la peste porcina clásica (PPC); y el bionematicida Hebernem, para el control de nematodos en las casas de cultivo protegido.
La obtención de plantas genéticamente modificadas, capaces de producir proteínas insecticidas, fue otro de los primeros proyectos del CIGB de Camagüey que preparó mucho a su personal en cómo lograr introducir información genética en organismos superiores, además del logro de sistemas de diagnósticos basados en anticuerpos monoclonales en ratones.
Acordes con los requerimientos y necesidades actuales de la agricultura cubana existen las líneas de investigación, con las cuales se aprovechan las potencialidades y conocimientos de la biología molecular, y de la ingeniería genética, comentó Morán Valdivia.
“Uno de los resultados de mayor importancia en estas tres décadas de labor es la vacuna que se emplea contra el cólera porcino, desarrollada junto a investigadores de La Habana”, abundó, y resaltó que la plataforma tecnológica en la cual se fabrica solo existe en el Centro de Inmunología Molecular, en la capital, y en la institución camagüeyana.
Un importante aporte a la economía
En más de 50 millones de pesos cubanos se valoran los ingresos como contribución económica del CIGB en Camagüey en los últimos siete años, y precisamente la PORVAC, única de su tipo en el mundo, es la que mayores dividendos le aporta desde su introducción en el cuadro básico de medicamentos veterinarios en 2017.
Yamilka Ramírez Núñez, especialista principal del área comercial del Centro, precisa que con la vacuna se beneficia alrededor de un 15 por ciento del potencial de esa masa ganadera en Cuba, específicamente en las empresas genéticas y multiplicadoras.
Con un gran impacto en la disminución de las pérdidas por sacrificios sanitarios y de la mortalidad en crías y precebas, ese inmunógeno posibilita también una elevada protección, inhibe la transmisión del virus de la madre al hijo, y consigue una alta inmunidad en el rebaño durante toda la vida.
De los productos estrellas del CIGB en Camagüey, destinado a enfrentar al más común de los ectoparásitos presentes en los potreros cubanos, está el inmunógeno GAVAC, el cual ha llegado a países como Venezuela, Brasil, Colombia, Nicaragua y México. Sus beneficios están demostrados por encima de cualquier garrapaticida industrial, argumentó.
Dentro de una amplia línea de bioproductos del Centro resalta igualmente el Hebernem, el cual además de funcionar como bionematicida en cultivos protegidos, se afianza como biofertilizante, y su eficacia se evalúa en siembras semiprotegidas y en el campo abierto.
Otra vertiente encaminada a salud humana
Si bien las investigaciones del CIGB de Camagüey se dirigen a la rama agropecuaria, entre sus proyectos sobresale un preparado vacunal contra el cáncer de próstata avanzado- el único en la institución destinado a la salud humana- que ya ha concluido exitosamente los ensayos clínicos fases I y II.
Abarcando a un mayor número de pacientes de todo el país se realizará un estudio similar para compararlo con el medicamento estándar de la competencia, y buscar qué lo distingue respecto a ese producto.
Muchos son los sueños de este colectivo de científicos y técnicos con gran prestigio por su preparación profesional, y donde la unión de los jóvenes y los más experimentados constituye la fórmula de éxito para seguir acumulando resultados superiores.
Como un baluarte de la sociedad se erige hoy el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey, institución que en sus 30 años continúa potenciando la innovación y la actividad científica para la solución de problemáticas acuciantes de Cuba. (ACN) (Fotos: Rodolfo Blanco Cué )
Tomado de Radio Camaguey
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