El empleo en la Agenda 2030: palabras... acciones
Publicado por Orestes Eugellés Mena
Panamá, 3 oct (PL) La importancia del empleo y del trabajo decente está claramente expuesta en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en septiembre del año 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
De los 17 objetivos que la componen, el ocho insta a promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo productivo y el trabajo decente para todos.
Durante la Asamblea General, el trabajo decente y los cuatro pilares del Programa de Trabajo Decente -creación de empleo, protección social, derechos en el trabajo y diálogo social- se convirtieron en elementos centrales de la nueva Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, acorde con especialistas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El trabajo decente, uno de los temas tratados en la 19 Reunión Regional Americana (RRA) de la OIT que sesiona hasta el 5 de octubre en Ciudad de Panamá, sintetiza las aspiraciones de las personas durante su vida laboral.
Significa la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad de oportunidades y trato para todos, detallan expertos.
El empleo productivo y el trabajo decente son considerados clave para alcanzar una globalización justa y reducir la pobreza.
Se estima que más de 600 millones de nuevos empleos deberán ser creados de aquí a 2030, sólo para seguir el ritmo de crecimiento de la población mundial en edad de trabajar. Eso representa alrededor de 40 millones de puestos al año.
También necesitamos mejorar las condiciones de los 780 millones de hombres y mujeres que trabajan, pero no ganan lo suficiente para superar ellos y sus familias el umbral de la pobreza de dos dólares al día, enfatiza la OIT.
Sobre América Latina y el Caribe, el director general de la OIT, Guy Ryder, apunta que la leve recuperación económica que comenzó a registrarse en 2017 generó desempeños mixtos en los mercados laborales y es previsible que un crecimiento ligeramente mayor en 2018 tenga un impacto un poco más positivo, aunque no lo suficiente para seguir una senda que conduzca hacia el trabajo decente.
En este escenario, será un verdadero desafío cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible adoptada por las Naciones Unidas, puntualiza en un informe que se discute en la 19 RRA.
Según el material, el ciclo reciente recordó que el crecimiento de la región en vez de ser sostenido, inclusivo y sostenible, y capaz de generar empleo decente, productivo e igualitario, sigue siendo bajo, volátil, excluyente, poco sostenible y caracterizado por gran desigualdad.
Los datos del mercado laboral revelan que hay mucho por hacer en una región donde el desempleo afecta a 26 millones de habitantes y la informalidad al menos a 133 millones, subraya.
Los Estados Unidos y Canadá también presentan desafíos específicos, más propios de países de alto desarrollo, muy relacionados con el cambio tecnológico acelerado y sus impactos en el empleo, las habilidades y los ingresos de las clases medias, entre otros, añade.
Lo cierto es que desde el año 2015, está plasmado en papel un objetivo claramente definido que recoge la importancia del trabajo decente para realizar el desarrollo sostenible.
El desafío está planteado y, como en otros temas medulares para la humanidad, es el mismo: pasar de las palabras a la acción efectiva.
Durante la Asamblea General, el trabajo decente y los cuatro pilares del Programa de Trabajo Decente -creación de empleo, protección social, derechos en el trabajo y diálogo social- se convirtieron en elementos centrales de la nueva Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, acorde con especialistas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El trabajo decente, uno de los temas tratados en la 19 Reunión Regional Americana (RRA) de la OIT que sesiona hasta el 5 de octubre en Ciudad de Panamá, sintetiza las aspiraciones de las personas durante su vida laboral.
Significa la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y la igualdad de oportunidades y trato para todos, detallan expertos.
El empleo productivo y el trabajo decente son considerados clave para alcanzar una globalización justa y reducir la pobreza.
Se estima que más de 600 millones de nuevos empleos deberán ser creados de aquí a 2030, sólo para seguir el ritmo de crecimiento de la población mundial en edad de trabajar. Eso representa alrededor de 40 millones de puestos al año.
También necesitamos mejorar las condiciones de los 780 millones de hombres y mujeres que trabajan, pero no ganan lo suficiente para superar ellos y sus familias el umbral de la pobreza de dos dólares al día, enfatiza la OIT.
Sobre América Latina y el Caribe, el director general de la OIT, Guy Ryder, apunta que la leve recuperación económica que comenzó a registrarse en 2017 generó desempeños mixtos en los mercados laborales y es previsible que un crecimiento ligeramente mayor en 2018 tenga un impacto un poco más positivo, aunque no lo suficiente para seguir una senda que conduzca hacia el trabajo decente.
En este escenario, será un verdadero desafío cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible adoptada por las Naciones Unidas, puntualiza en un informe que se discute en la 19 RRA.
Según el material, el ciclo reciente recordó que el crecimiento de la región en vez de ser sostenido, inclusivo y sostenible, y capaz de generar empleo decente, productivo e igualitario, sigue siendo bajo, volátil, excluyente, poco sostenible y caracterizado por gran desigualdad.
Los datos del mercado laboral revelan que hay mucho por hacer en una región donde el desempleo afecta a 26 millones de habitantes y la informalidad al menos a 133 millones, subraya.
Los Estados Unidos y Canadá también presentan desafíos específicos, más propios de países de alto desarrollo, muy relacionados con el cambio tecnológico acelerado y sus impactos en el empleo, las habilidades y los ingresos de las clases medias, entre otros, añade.
Lo cierto es que desde el año 2015, está plasmado en papel un objetivo claramente definido que recoge la importancia del trabajo decente para realizar el desarrollo sostenible.
El desafío está planteado y, como en otros temas medulares para la humanidad, es el mismo: pasar de las palabras a la acción efectiva.
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