Miguel Díaz-Canel pronuncia su primer discurso en Debate General de la ONU
Publicado por Orestes Eugelles Mena
El Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, inició su primera intervención en el Debate General de la ONU recordando a los dignos cubanos que han hablado en ese mismo escenario antes que él, como Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro y Raúl Roa.
Varios minutos de su discurso fueron dedicados a denunciar la irracionalidad de un mundo donde el 0,7 por ciento más rico de la población se apropia del 46 por ciento de toda la riqueza, mientras tanto el 70 por ciento más pobre solamente accede al 2,7 por ciento de la misma, y unos 3 mil 400 millones de seres humanos viven en la pobreza.
Esas realidades, dijo Díaz-Canel Bermúdez, “no son frutos del socialismo como afirmara el presidente estadounidense, Donald Trump,” sino que son consecuencias del capitalismo, en particular del imperialismo y del neoliberalismo, del egoísmo, de un paradigma que privilegia la concentración de la riqueza en pocas manos.
El capitalismo -consideró- ha afianzado el colonialismo, es opuesto a la solidaridad y a la participación democrática, promueve el saqueo, amenaza a la paz y constituye el mayor peligro para el equilibrio del planeta.
Al referirse a desafíos actuales de la humanidad, el mandatario cubano criticó la inexistencia de una voluntad política de los países industrializados para solucionar problemas como la pobreza, el hambre y las enfermedades prevenibles. Esas naciones, sostuvo, tienen el deber moral, la responsabilidad histórica y recursos abundantes para resolver los flagelos globales más apremiantes como el cambio climático, al que calificó como “otra realidad ineludible” y “una cuestión de supervivencia”, pues algunos de sus efectos son ya irreversible, afirmó.
Sin embargo -argumentó Díaz-Canel Bermúdez- Estados Unidos, uno de los principales contaminantes de ayer y de hoy, rechaza acompañar a la comunidad internacional en el cumplimiento del Acuerdo de París referido al cambio climático.
El Presidente argumentó que, más aún, como si no sobraran las amenazas sobre la humanidad y sus deslumbrantes creaciones, es un hecho que se perpetúa y expande el hegemonismo militar y nuclear, en detrimento de la aspiración mayoritaria de los pueblos a un desarme general y completo.
Dijo que Cuba comparte este ideal y, como prueba de su compromiso, el 31 de enero pasado, se convirtió en el quinto Estado en ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares”.
Aludió también a la cooperación internacional para la protección de los derechos humanos, y planteó que resulta un imperativo, pero su manipulación viola los derechos a la paz y a la libre determinación de los pueblos.
El Presidente reafirmó que Cuba rechaza el empleo encubierto de las nuevas tecnologías de información y telecomunicaciones para agredir a otros Estados, el uso de las amenazas, el unilateralismo y las presiones, las que han sido utilizadas en la retórica de los EE.UU., y que plantean enormes desafíos dentro de las propias Naciones Unidas.
En otro momento de su discurso se cuestionó por qué no acabar de concretar el prometido fortalecimiento de la Asamblea General como principal órgano de deliberación, decisión y representación.
“No debe retrasarse ni impedirse la reforma del Consejo de Seguridad, urgida de ajustarse a los tiempos, democratizando su composición y métodos de trabajo”, pidió.
Citó lo expresado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en ocasión del quincuagésimo aniversario de la ONU, donde abogó por un mundo sin hegemonismo ni armas nucleares, intervencionismo, racismo ni odios religiosos ni ultrajes a la soberanía de los países.
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