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Sindicalísimo

Tres menores trasplantados de riñón en hospital camagüeyano

Publicado por Orestes Eugelles Mena

Los doctores y Agustina Gil, su enfermera, en pase de visita con Yan Carlos. Foto: Otilio Rivero Delgado /Adelante

Tres jóvenes cubanos entre 14 y 15 años de edad están entre los últimos beneficiados del programa de trasplante de riñón en Cuba, una de las principales conquistas de la medicina revolucionaria.

Yan Carlos Moreno Se, de 14 años de edad, residente en el municipio de Vertientes, recibió el lunes un trasplante de riñón en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de Camagüey, mientras 23 días atrás, y al unísono, Dayanevis Vázquez Álvarez, de 15 años, y Nolbet Ramón Zayas Cruz, de 14, de Camagüey y Morón, Ciego de Ávila, respectivamente, fueron beneficiados con igual proceder en la misma institución. Todos evolucionan favorablemente.

Los menores padecían de insuficiencia renal crónica y eran favorecidos con hemodiálisis, tres veces por semana, en el hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad. Una hemodiálisis le cuesta al país alrededor de 300 dólares y los enfermos la reciben durante meses o años, de acuerdo con las que necesite hasta que llegue el momento del trasplante.

Casi a la vez comenzaron los procederes propios de los especialistas en Anestesiología y Reanimación en los dos casos intervenidos el 31 de mayo, para enseguida iniciar los actos quirúrgicos en los salones tres y cuatro de la institución, los que a menos de dos horas en ambos se observó la diuresis o emisión de la orina.

Los equipos médicos actuantes estuvieron encabezados por el Dr. Abel Ruiz de Villa Suárez como cirujano principal, junto al también cirujano, Dr. Ramón Estopiñán Cánovas; y el cirujano vascular principal, Dr. Raúl Romay Buitrago, unido a la Dra. Yilena Valenciano García, también de esa especialidad, con el desempeño vital de los doctores especializados en Anestesiología y Reanimación, Gabriel García Molina y Georgina Sánchez Andújar, y los doctores Pedro Julio Hernández Aragón y Arián Benavides Márquez. Participaron, además, médicos residentes, instrumentistas y personal de enfermería.

El riñón de Nolbet ya perfundido. Foto: Otilio Rivero Delgado/Adelante

El Dr. Raymundo Abreu Ortiz tuvo la responsabilidad de garantizar cada detalle, por ser el coordinador de trasplantes de la región centro-oriental del país.

Dayanevis ya está en casa y en su día de consulta, acompañada por Yanieski, su madre, dijo sentirse feliz por el cambio que ha dado su vida, aunque la anterior y por el apoyo de sus maestros y mucho esfuerzo de su parte, no le impidió terminar el noveno grado.

Todavía en el Centro de Nefrología, adscrito al “Manuel Ascunce”, Nolbet Ramón piensa estudiar Informática, sueño que ahora ve más cercano por el bienestar que se ha hecho realidad, mientras Odalys, su mamá, dice no tener palabras para agradecer toda la dicha que sienten: “Imagínese, somos de Morón y nos facilitaban transporte, con enfermera o un médico incluidos, tres veces a la semana para que mi hijo fuera hemodializado en el Hospital Pediátrico de aquí, donde hay un excelente equipo de nefrólogos, quienes garantizan que nuestros hijos lleguen al trasplante en buen estado. En lo particular la Dra. Isabel Vallina, especialista en Pediatría y dedicada a la Nefrología, ya es como familia, ella se encargó de que nunca perdiéramos la esperanza y la fe en que todo saldría bien, y así fue”.

Ana Iris, madre de Yan Carlos, manifestó opiniones similares y su única preocupación era saber que su hijo la extrañaría.

El Dr. Ramón Estopiñán Cánovas despedía de la consulta a Dayanevis. Foto: Otilio Rivero Delgado /Adelante

No faltaron palabras de elogio por parte de los familiares de estos infantes al altruismo del cubano, ese que ante la imposibilidad de vivir sus más allegados aprueban utilicen sus órganos vitales para que otros sigan adelante con proyectos solo alcanzables con una mejor salud.

En el “Manuel Ascunce” se han realizado 560 trasplantes renales desde el 29 de abril de 1978, de los cuales uno ha sido de donante vivo y cinco en edad pediátrica.

Gracias a la perfecta unión de cada eslabón de esa cadena propiciadora de vidas es que los riñones artificiales del Hospital Pediátrico no ofrezcan sus servicios por estos días porque no hay niños que los necesiten.

(Tomado de Adelante)

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