SANTO DOMINGO, Villa Clara.–Detrás de cada botella de ron Cubay producida en la fábrica Agustín Rodríguez Mena, de este municipio, existe una historia centenaria, en la cual se mezcla lo mejor de la cultura ronera en la región central de Cuba; razón que ha llevado a esta marca a convertirse en una de las bebidas cubanas más comercializadas en el mundo.
Pero entre sus bondades –que son muchas, según los entendidos, criterio avalado por los numerosos premios y reconocimientos ganados en ferias y exposiciones– figura el hecho de ser producido totalmente a partir de la energía solar.
Desde mayo del 2016, aprovechando las características de los techos de la fábrica, fue instalado allí un parque solar fotovoltaico, compuesto por un total de 2 752 paneles, capaces de generar más de 900 megawatts al año, según la explicación de Carlos Rubén Armas Díaz, director de la industria.
Pionera en el uso de la energía solar en Cuba, la estrategia se vincula a las acciones encaminadas a prevenir, mitigar y eliminar los impactos negativos del quehacer industrial al entorno en la elaboración de rones, agregó el directivo.
Del total de la energía producida por los paneles a partir del empleo de la luz solar, la fábrica consume solo el 38 % y entrega el resto, es decir el 62, al Sistema Electroenergético Nacional (SEN), lo cual significa un importante ahorro y eficiencia en la producción ronera de la Agustín Rodríguez Mena, apuntó Armas Díaz.
Algunos datos aportados por el directivo así lo confirman. Hasta la fecha se han obtenido más de 6 000 pesos por concepto de entrega de energía al SEN, y más de 175 216, producto de la energía dejada de consumir desde que comenzó la experiencia hace casi dos años, explica el ingeniero.
Otros elementos reveladores de la trascendencia de esa práctica es que se han dejado de emitir a la atmósfera 19 142 toneladas de dióxido de carbono y no ha sido necesario el empleo de 473 toneladas de crudo, lo cual ahorró a la economía de la nación 279 000 pesos; además de evitarse las pérdidas de corriente en la transmisión, según la explicación brindada por Gustavo Otero Barroso, ingeniero eléctrico al frente del Parque Solar Fotovoltaico.
Construida a un costo de 1,8 millones de euros, la inversión debe recuperarse en un plazo de unos 15 años y entre sus ventajas figura también el poco personal que necesita para su mantenimiento y atención, solo dos personas garantizan a diario su limpieza y funcionamiento, precisó Otero Barroso.
Otra muestra de la utilidad de esta tecnología es su fiabilidad en caso de fenómenos meteorológicos complejos, pues está diseñada para soportar vientos de hasta 240 kilómetros por hora, lo cual se probó durante el huracán Irma, explica el ingeniero, quien añade que al otro día del paso del ciclón ya todos los paneles estaban listos para explotarse.
Atendiendo a los resultados obtenidos en la producción de ron a partir del empleo de la energía renovable y el manejo correcto de los desechos, además de otros estudios de vulnerabilidad sanitaria y de riesgos ante eventos naturales extremos, la Ronera Central ha sido merecedora del Premio Provincial de Medio Ambiente, de varios Premios a la Calidad y recibió en el 2007 el galardón Internacional que otorga la Onudi a las empresas que se destaquen por promover producciones más limpias.
PRECISIONES
El nombre de la afamada marca Cubay es de origen arauco, y nació producto del rescate de la más cercana tradición ronera existente en la zona, proveniente de la destilería San Lino de Cienfuegos, que producía aguardiente, y El Infierno, radicada en Sagua la Grande; que trajeron hasta el central George Washington, de Santo Domingo, su experiencia y las bebidas que tenían en sus bodegas.
De acuerdo con la explicación brindada por el ingeniero industrial Carlos Rubén Armas Díaz, director de la Ronera Central, el Cubay nació en 1996, cuando se produjeron los rones Carta Blanca y Cubay Añejo, gama que ha continuado incrementándose con nuevos surtidos, entre ellos los Carta Blanca Extra Viejo, Extra Añejo 1870, Elixir 33 y el Remedios 500, entre otros.
Distinguido por ser una bebida con características propias, muy diferente a las producidas en la región oriental, específicamente el ron Santiago, algo más dulce; y el creado en occidente, en especial el Havana Club, que es más seco, el Cubay es un ron intermedio entre ambas escuelas, al decir de César Augusto Martí Marcelo, maestro ronero de la fábrica.
Con una producción de más de 400 000 cajas anuales, el Cubay se localiza hoy en todo el mercado nacional y en los principales polos turísticos del país, además de ser vendido con gran aceptación en varias naciones de Centroamérica, el Caribe y Europa, en países como Holanda, Alemania, España e Italia, que tuvo un incremento de un 40% el pasado año.
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