La multinacional Shell abandona el Ártico
Publicado por Orestes Eugellés Mena
Por Emma Thompson
Ayer, la multinacional Shell anunció que abandonaba su programa de perforación en el Ártico. Voy a repetirlo por si acaso alguien, como yo, no se cree esta maravillosa noticia: Shell abandona la búsqueda de petróleo en el Ártico.
Lo que ocurre con estas empresas petroleras es que intentan hacernos pensar que dominan el mundo, que su futuro es el único posible. Pero esta es la prueba de que el futuro puede reescribirse. Shell nos tachó de soñadores, pero mira quién se ríe ahora.
Fui al Ártico por primera vez hace dos años. He visto su belleza y he visto el hielo derritiéndose. Perforar para extraer petróleo en esa zona habría resultado desastroso: tanto por el frágil ecosistema en riesgo por vertidos de petróleo como por el carbono no combustible que Shell pretendía dragar de las profundidades del mar. He sentido desde lo más profundo de mi ser lo valioso que es este lugar y lo importante que es que lo protejamos.
Ir allí con mi hija fue maravilloso y aterrador por igual. Era su vida lo que estaba en juego. Su generación verá esta retirada de Shell como un punto de inflexión para el clima y para el planeta.
No estaríamos hoy aquí celebrando esta victoria de no ser por los millones de personas que se han unido para detener a Shell y a otras empresas petroleras como esta. Ni en mis mejores sueños pensé que cuando el rompehielos volvía a Portland estábamos a dos meses de la victoria.
Puede que los directivos de Shell no admitan públicamente que fue nuestro movimiento lo que los detuvo, pero leyendo entre líneas todos podemos ver que la indignación pública por las prospecciones en el Ártico supuso una gran preocupación para ellos. La industria de los combustibles fósiles al completo está haciendo frente a una crisis existencial: intentan presentarse como los posibles guardianes del futuro al mismo tiempo que roban al planeta y ponen en riesgo el futuro de la vida en la Tierra. Esta retirada se traduce en un fracaso de la empresa.
Esta mañana me sentía como si un abanico de posibilidades se hubiera abierto ante mí. No sabíamos cuándo llegaría esta victoria; sabíamos que aguantaríamos, pero no sabíamos cuándo llegaríamos a nuestro destino. Y ya hemos llegado. Es una victoria monumental. Sigamos luchando por ello, creemos un santuario ártico de una vez por todas y tomemos el camino hacia un clima seguro.
Aurora, ese gigante oso polar símbolo de esta lucha, viajará desde la sede de Shell en Londres hasta París hoy con motivo de las conferencias sobre el clima. Ella también se enfrentará a Shell allí, porque sabemos que están intentando diluir la política climática detrás de las cámaras.
(Con información de El Huffington Post y Cubadebate)
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