La gran noticia ahora es que América Latina y el Caribe constituye la única región del planeta en cumplir las dos metas más importantes en torno al hambre, destacó ayer a la prensa Theodor Friedrich, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Cuba.
En un mundo donde aún 795 millones de personas pasan hambre, nuestra región “sobrepasó” la aspiración convenida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, al llevar la cifra de un 14,7 % de su población afectada por ese flagelo (entre 1990 y 1992) al 5,5 % de prevalencia en el periodo 2014-2016.
Asimismo, satisfizo el más ambicioso de los propósitos de la Cumbre Mundial de Alimentación —efectuada en Roma en 1996—, de reducir a la mitad el número de hambrientos, al cerrar el margen de afectados en este sentido a 34,3 millones.
“Claves del éxito: de un lado, un crecimiento económico en la región —sustentado en la estabilidad macroeconómica y política experimentada—, obviamente la producción de alimentos, sobre todo en el Cono Sur de América (…); pero también políticas sociales y programas de apoyo a sectores vulnerables, y sistemas de abastecimiento de alimentos en los países”, comentó Friedrich.
El representante de la FAO recordó que ya en el año 2005 los países de la región se habían comprometido a “erradicar el hambre hasta el 2025, a través de la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre”, la cual “está en camino y ha sido reforzada” por otras de alcance en el área, pero también en las subregiones.
“Todos estos son compromisos políticos que demuestran el fuerte interés de los gobiernos de la región de realmente erradicar el hambre (…) Y por eso se ven los éxitos”, dijo ante los periodistas y marcó el respaldo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, mediante su Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre.
Sobre el caso de Cuba, apuntó sus fortalezas, entre ellas: programas sociales, sólidos conocimientos, distribución de productos normados y el interés del Gobierno. “Desde un tiempo muy temprano Cuba ha dado mucha importancia al tema hambre (…). Y todos recordamos el discurso del Comandante en Jefe, Fidel Castro, en la Cumbre Mundial de la Alimentación”.
Los problemas generados por el periodo especial no impidieron que el país antillano se volcara al cumplimiento de ese objetivo. Y el punto a reforzar ahora es la producción agrícola que desembocará en la disminución de importaciones, incitó.
Granma inquirió por los desafíos más apremiantes para Latinoamérica y Cuba que impone la conclusión este 2015 de un ciclo de pautas y la apertura de un nuevo periodo.
“Llegamos al fin de una época de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y a partir de ahora estamos hablando de Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ya la FAO misma ha cambiado su objetivo general de reducir (…) hacia erradicar el hambre.
“Cuando hablamos de Objetivos de Desarrollo Sostenible a largo plazo sí vamos a tener también retos de producción, porque estamos esperando un aumento de la población mundial y enfrentando cada vez más problemas del cambio climático”. El más grande de estos desvelos —observó— es la producción en los niveles necesarios y de manera sostenible. Solo así Cuba puede garantizar una seguridad alimentaria para su población.
Tomado de Granma
0 comentarios