En el artículo se señala que el cambio climático y la economía basada en el uso intensivo del carbono causan la muerte de alrededor de cinco millones de personas cada año y originan pérdidas económicas equivalentes al 1,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, según revela el segundo informe presentado a la ONU sobre Vulnerabilidad Climática.
El documento especifica que de los cinco millones de muertes al año, unas 400 mil se deben al hambre y las enfermedades transmisibles agravadas por el cambio climático y 4,5 millones vinculadas a la contaminación atmosférica.
El fenómeno ya está costando a la economía mundial 1,2 billones de dólares al año; y los más perjudicados, como ocurre siempre, son los países más pobres que tendrán pérdidas hasta de un 11 % del PIB como promedio para el año 2030, agrega el informe.
Un claro ejemplo negativo de lo que está provocando actualmente el cambio climático se observa en el océano Ártico donde el volumen de hielo se ha reducido un 36 % en la temporada de otoño y un 9 % en la de invierno.
Se conoce que un grupo de investigadores, identificados con datos del satélite CryoSat desde 2008, han comprobado la pérdida de unos 4 300 kilómetros cúbicos de hielo en el Ártico en otoño y alrededor de 1 500 kilómetros cúbicos en invierno.
Por su parte, el Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) asegura que “ya no hay ninguna duda de que el clima está cambiando”, y añadió que “el 95 % de este cambio se debe a la actividad humana”.
En este contexto, el presidente del IPCC, Rajendra Pachauri, señaló en particular la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, un factor “del que dependerá lo que suceda en muchas partes del mundo en los próximos años”.
Está claro que el deshielo y la disminución de los casquetes polares constituyen la parte más visible del cambio climático, pero, sin dudas, el calentamiento global tendrá consecuencias muy graves también en otras regiones, especialmente en los trópicos, donde las variaciones de temperatura y humedad darán lugar a climas inéditos hasta ahora. El impacto sobre el clima producido por las emisiones de gases contaminantes salidos de las chimeneas de las grandes industrias y de los tubos de escape de los miles de millones de automóviles que circulan en el mundo, forman parte del componente destructor del hábitat actual y del futuro.
Un ejemplo de este impacto negativo se refleja en un despacho noticioso de la agencia inglesa Reuters, que señala que las emisiones combinadas de Associated British Foods, Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International, Nestlé, PespiCo y Unilever, totalizan 263,7 millones anuales de toneladas de gases causantes del efecto invernadero.
Los diez grandes gigantes de la industria alimentaria emiten juntos una cantidad de gases de efecto invernadero mayor que la mayoría de los países del mundo, según denunció la organización Oxfam ambiental.
Se estima que los productos como los cereales y algunos lácteos podrían subir su precio hasta un 44 % en los próximos 15 años como consecuencia del cambio climático.
En un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo en cuanto al tema se refleja la pérdida de un 80 % de los arrecifes de coral del Caribe, lo que puede tener un costo anual entre 7 mil y 12 mil millones de dólares.
A su vez, una de las secuelas más impresionantes del calentamiento del planeta es el aumento del nivel del mar, unos 17 cm durante el siglo XX, cifra muy superior a la de siglos precedentes.
No es ocioso volver a la conclusión que aparece en el informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) en cuanto a que “el cambio climático está sucediendo ahora mismo, no hay vuelta atrás”.
Puede ser esta sentencia la que permita abrir las entendederas a gobiernos y empresas de todo el planeta, fundamentalmente del mundo rico, en cuanto a la urgencia de adoptar medidas concretas a favor del medio ambiente, que es igual a decir en favor de la vida.
Resulta obvio que mi vecino se convencerá de que el único demonio no es nuestro actual sofocante calor, sino la realidad de un mundo en que, como advirtiera Fidel en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en junio de 1992, “una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”.
También explicó el Comandante en Jefe que “es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente”.
“Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer”, aseveró.
Y finalmente advirtió: “Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.
Tomado de Granma
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