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Sindicalísimo

El sector cooperativo y campesino, una fuerza con la que hay que contar

Publicado por Orestes Eugellés Mena

Sobre las condiciones en las que actualmente se desenvuelve este sector y las fortalezas con las que arriba al aniversario 55 de la firma de la primera Ley de Reforma Agraria y el 53 de la constitución de la ANAP,conversó con Granma Rafael R. Santiesteban Pozo, presidente de dicha organización

Empresa agricola en Guira de Melena.
Foto: Jorge Luis González

El asesinato de Niceto Pérez en el 1946, un guajiro “atravesa’o” a los intereses de los latifundistas y a los desalojos campesinos en la actual provincia de Guantánamo, motivó el nacimiento de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) el 17 de mayo de 1961, en homenaje al día de su muerte.

A partir de entonces los campesinos cubanos se organizaron, para reafirmar aquello de que muchas voces se escuchan mejor unidas que de forma aislada y actualmente ya suman 380 mil 290 los asociados a la ANAP.

Sobre las condiciones en las que actualmente se desenvuelve el sector cooperativo-campesino, las fortalezas y dificultades con las que arriba al aniversario 55 de la firma de la primera Ley de Reforma Agraria y el 53 de la constitución de la ANAP, así como las futuras proyecciones, intercambió con Granma y otros medios de prensa Rafael Ramón Santiesteban Pozo, presidente de dicha organización.

Rafael R. Santiesteban. Foto: Ismael Batista

Como parte de la actualización del modelo económico y social del país ya se han comenzado a implementar medidas dirigidas al sector agroindustrial, como la descentralización de las ventas directas al turismo; la ampliación en el proceso de entrega de tierras ociosas en usufructo; la posibilidad de contratar fuerza laboral y obtener un crédito agrícola y la diversificación en el proceso de comercialización.

En ese sentido Santiesteban Pozo afirmó que “llevar a la práctica los Lineamientos hay que verlo como una posibilidad y fortaleza, pues se han abierto varios escenarios que han contribuido a la búsqueda de soluciones a los problemas. Lógicamente todavía está en una fase organizativa pero eso ya va teniendo un impacto en la producción y rendimientos, aunque aún muy alejados de parámetros satisfactorios.

“Los más de 140 mil usufructuarios que se han incorporado —prosiguió el entrevistado— constituyen una fuerza muy importante. Con el proceso de entrega de tierras además de estarse recuperando áreas que estaban abandonadas, se está disminuyendo la edad promedio de los productores”.

El sector cooperativo-campesino tiene gran participación en la producción total de alimentos en el país, con cerca del 70 %. De acuerdo con el presidente de la ANAP, en el presente año, de los renglones principales solo se in­cumple la venta de tomate a la industria, que está al 73 %. “Estamos haciendo un gran es­fuerzo, todavía se está moliendo pero ha sido un año difícil desde el punto de vista climático para este tipo de producciones.

“Si vamos a lo que se demanda en los linea­mientos sobre la producción agroindustrial y lo llevamos a esta última etapa, hay que reconocer que el cultivo de frijol se ha extendido prácticamente a todo el país y en lo que va de año hemos logrado ya más de 30 mil tone­ladas”.

Al referirse al tema de los precios —aspecto que continúa siendo un problema para la población— valoró que “en correspondencia con el escenario de cada lugar y paulatinamente pueden tener una tendencia a disminuir. El primer elemento que se está trabajando tiene que ver con el programa que ha definido la dirección del país de incorporar la tecnología y aprovechar más el fondo de tierras para incrementar la producción.

“Pero existe un grupo de recursos materiales e insumos que hacen falta, a pesar de que el hombre busque alternativas agroecológicas, y hay que ponerlos en el momento que lleva para tener un impacto superior en los rendimientos, y eso también influye en los costos de producción.

“Hay cuadros que con varios objetivos es­tán visitando a las cooperativas y a los productores que forman parte del experimento en las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque, con el objetivo de evaluar en esa cadena desde el productor primario cuál es la estrategia que existe de frente a la comercialización, cuáles son los aspectos que se han venido potenciando que van a favorecer que ese producto tenga más calidad y llegue con mayor frescura, y se pueda contribuir a este tema de los precios has­ta donde sea posible”.

De acuerdo con el presidente de la ANAP, en correspondencia con las posibilidades ac­tuales, el país prioriza la asignación de determinados recursos e insumos a los programas de las producciones que más impactan en la economía, como el frijol, el maíz, la caña, el arroz y la carne de cerdo, entre otros.

“No quiere decir que el resto de las producciones no tengan importancia. Para ellas, de acuerdo con los volúmenes que se demandan a través de las empresas, que son las que hacen el contrato con las cooperativas y estas a su vez con los productores, se analiza la factibilidad, las garantías y en la medida de lo posible se dan los recursos”, alegó.

El entrevistado indicó que ya existen algunas experiencias que se vienen fomentando en cuanto al establecimiento de mercados de insumos. En todo el país a través de Gelma, institución del MINAG encargada de la distribución de insumos, y de la propia red de comercio, ya van apareciendo algunos lugares donde las cooperativas firman contratos y el productor puede adquirir determinados insumos que necesita, independientemente de que considere los precios asequibles o no.

“Eso todavía es muy incipiente, el problema a veces es que no siempre existe lo que el campesino demanda”, apuntó.
Santiesteban Pozo también comentó que como parte de la actualización del modelo económico se vienen desarrollando acciones para eliminar los subsidios en los insumos productivos.

“Hay programas que se vienen estableciendo para poner todas las estructuras del sistema productivo en igualdad de condiciones para que puedan participar y tener acceso a esos insumos productivos (…) Creo que al final lo que se persigue es que existan varias vías con un objetivo común, que se le facilite de una mejor manera los recursos a los productores, ello va a depender también de la fortaleza económica que tenga el país, no es solo un problema de voluntad. Lógicamente eso va a tener un impacto en los precios de las diferentes producciones de frente a la población y el resto de los destinos.

“Las prioridades de la organización son in­crementar los volúmenes productivos, elevar más la eficiencia, tener más en cuenta los costos de la producción y en todos los casos que sea posible seguir defendiendo que esa producción que se le venda a nuestro pueblo pueda tener correspondencia con lo que este necesita. Es un escenario en el que irán surgiendo otras medidas que contribuyan a poder lograr mayor equilibrio”.

Durante el IX Pleno de la ANAP volvió a incidir el tema de la contratación de la leche y los problemas que persisten en su entrega a la industria y a las tiendas de comercio (bodegas).

Al respecto el entrevistado señaló que existe un grupo de factores que afectan el acopio, como elementos organizativos; capacidad para recoger la leche en los diferentes lugares; problemas con los mecanismos para hacer las pruebas de calidad, que provocan que en ocasiones aunque un productor sea el que tenga problemas en ese sentido, el precio al que le compran al resto de los campe­sinos también se ve afectado, al mezclar toda la leche.

“Pero ya se están iniciando algunas acciones. Hasta el 30 de junio en más de 500 lugares entre CPA y CCS se van a ubicar termos para el acopio de leche, de 500 y  mil litros. Se está fo­mentando la infraestructura para que a esos lugares puedan acudir los productores y se es­tán vendiendo algunos recursos tecnológicos para que los resultados de las pruebas de ca­li­dad estén más rápidos y no se deba esperar 15 días o un mes. En la mayoría de las zonas don­de ya se instalaron, el precio al que el Esta­do compra la leche al productor está saliendo apr­o­x­i­­madamente en 2,17 o 2,30 pesos.

“Hay elementos concretos en los que se ha ido avanzando, es verdad que lo que se produce de leche no es suficiente, pero comparado con unos años atrás, multiplica por varias ve­ces lo que aportaba el sector en función de los destinos priorizados. En lo que va de año ya se han vendido al Estado más de 50 millones de litros de leche”.

Santiesteban Pozo indicó además que ya se están creando las condiciones para la contratación de leche del próximo año, pues no es adecuado que en aquellos lugares donde hay po­tencialidades superiores para producir, se de­mande solo una parte.

“También debemos entender, señaló, que la demanda persigue seguir diversificando las categorías que necesita la población y la economía, pero además que no se pierda aquello que se compra, pues uno de los problemas presentados en varias instituciones estatales es que han adquirido un volumen alto de producción que por problemas organizativos no ha tenido salida y después vienen las pérdidas”.

A propósito de la reciente aprobación de la Ley de Inversión Extranjera, donde la agricultura es uno de los sectores prioritarios, afirmó que dentro de las proyecciones no existen diferencias en las posibilidades que tienen el sector estatal y el cooperativo-campesino.

“El concepto a nivel nacional es que la agricultura en Cuba es una sola y se está trabajando para poner en igualdad de condiciones todas las estructuras productivas.

“Esto va a ser un proceso paulatino, pues estamos frente a un tema nuevo, pero no hay ningún programa que tenga que ver con la producción de alimentos en Cuba donde el sector cooperativo-campesino no tenga participación”, afirmó.

A 53 años de su creación, el entrevistado in­dicó que la ANAP tiene el reto, junto a otros organismos, de poder canalizar las problemáticas que existen para pagarle a tiempo a los productores y a las cooperativas y de enfrentar las dificultades que continúan en el proceso de comercialización.

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