Hospitales de Estados Unidos deportan a inmigrantes
Publicado por Orestes Eugellés Mena Es un perturbador despertar. Tras un accidente o una emergencia de salud, un paciente entra en coma en un hospital de Estados Unidos. El enfermo puede o no tener seguro médico, pero incluso aunque lo tenga la institución estadounidense prefiere no hacerse cargo de los gastos de la atención y decide, así se encuentre inconsciente y sin la seguridad de que recobrará el conocimiento y la salud, deportarlo. Todo esto porque el paciente es indocumentado. El enfermo despierta, si es que lo hace, en otro país tras un viaje que nunca autorizó y del que ni siquiera se pidió su opinión. Se trata de una tendencia que se ha registrado en hospitales del país y sus casos son de una inquietante frecuencia. La agencia AP contabilizó en los últimos seis años 800 casos de pacientes que son enviados sin su consentimiento a su país de origen, práctica que se ha registrado en al menos 15 estados. Se cree que existen muchos más de los cuales no se tienen noticias. En carne propia Se trata del fenómeno de las "repatriaciones médicas". Los mexicanos Jacinto Cruz Rodríguez y José Rodríguez S., narra la AP, sufrieron un accidente vial en Iowa y mientras yacían inconscientes en un hospital de ese estado fueron enviados a México. Esto pese a que ambos, que trabajaban en una empacadora de carne, tenían seguro médico proporcionado por su trabajo. Su póliza cubrió miles de dólares de gastos de emergencia, pero la incertidumbre de si la aseguradora pagaría los gastos médicos a largo plazo de los dos indocumentados fue más fuerte. El Centro Médico Metodista de Iowa en Des Moines consultó con los familiares y envió a los pacientes en coma en un avión privado a su país de origen. Para fines prácticos, según alegan activistas pro inmigrantes, se trató de una deportación al margen de la autoridad migratoria y sin consultar a los afectados. Cruz Rodríguez y Rodríguez S. despertaron a 1,800 millas de Iowa, en Veracruz, México, indica la AP. El primero llevaba unos seis meses en EEUU, el otro poco más de un año. En otro caso similar, el polaco Wladyslaw Haniszewski, de 69 años, cayó en coma en Nueva Jersey. Había pasado 30 años en el país, pero por ser indocumentado y no tener seguro médico el hospital que lo atendía prefirió sacarlo del país. Haniszewski despertó tiempo después en Polonia. "Imagine ser cargado como un saco de papas", dijo Ewa Junczyk-Ziomecka, cónsul general de Polonia, a la AP. La diplomática criticó que Haniszewski nunca dio su consentimiento para ser enviado a su país de origen, en el que no había estado en décadas y fue transportado en estado inconsciente. Según versiones de amigos, Haniszewski había perdido recientemente su trabajo y su apartamento, por lo que había tenido que mudarse a un albergue para desamparados. "El problema es que todo está ocurriendo en una especie de hoyo negro jurídico, no hay registro de nada", dijo Lori Nessel, directora del Centro para la Justicia Social de la Escuela de Derecho Seton Hall, que asiste a inmigrantes. Dilema ético y legal
Esto ha alarmado a defensores de los derechos civiles y a juristas. Se teme que las disposiciones de la nueva ley de salud reduzca los ingresos federales que los hospitales reciben para atender a personas sin seguro médico, lo que podría incrementar las necesidad de las repatriaciones de los hospitales, donde algunos se sienten presa de la tensión entre el debate sobre la inmigración indocumentada y su vocación de prestar atención médica al necesitado.
Los propios operadores de centros de atención médica están preocupados por el asunto, pero muchas veces no tienen otra opción por el alto costo de los servicios que requieren pacientes indocumentados que no pueden pagar por ellos.
Los hospitales están obligados a tratar a los pacientes que llegan a las salas de emergencia así carezcan de seguro médico, pero una vez estabilizados ya no existe esa obligación. Algunos optan por la repatriación, con o sin la participación de autoridades federales o de diplomáticos de los países de origen de los enfermos. Y muchas veces sin el sí del paciente.
Incluso, en el caso del paciente polaco existe la polémica sobre si se le informó de su traslado, como indica el hospital, o si no se hizo, como señala su consulado. En todo caso, esa instancia diplomática polaca señala que Haniszewski llegó a Polonia en estado en coma y sin saber lo que estaba sucediéndole.
Organizaciones defensoras de los indocumentados alegan que las repatriaciones médicas sin el consentimiento del paciente violan las leyes de EEUU y regulaciones internacionales. "No tienen nadie que los defienda, que hable por ellos", dijo a la AP John De Leon, abogado de Miami que ha atendido casos de este tipo.
Cruz Rodríguez, Rodríguez S. y Haniszewski lograron recuperarse del coma en sus países de origen. Fue un rudo despertar, pero lograron sobrevivir, aunque los tres se quedaron con severas discapacidades. El polaco, incluso, aún tiene problemas para comunicarse.
Otros pacientes, sin embargo, no han corrido con la misma suerte. Se han registrado casos de repatriados que mueren porque los hospitales que los recibieron en sus naciones no contaban con los recursos para tratarlos apropiadamente.
"Es un caso increíblemente perturbador", dice Nessel sobre Haniszewski, en declaraciones al "New York Daily News" recogidas por AP. "Este tipo de acción parece claramente ilegal y también falta de ética, pero es difícil emprender acción legal contra ella", concluye Nessel.
Así, incluso en la inconsciencia y en estado de gravedad médica dentro de un hospital muchos indocumentados permanecen en enorme vulnerabilidad en relación a su permanencia en Estados Unidos. Su voz sigue sin ser oída. (Tomado de Cubasí)
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