Muy lejos la justicia social para los trabajadores del mundo.
Por Orestes Eugellés Mena
La aspiración de millones de trabajadores del MUNDO y sus familiares de la construcción de un futuro mejor con justicia social, sigue siendo un profundo sueño de constantes pesadillas, de ahí que los retos que tienen por delante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y en especial, el movimiento, son emergentes y enormes.
Así expresó el delegado titular TRABAJADOR de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en la Conferencia 102 de la Organización Internacional del Trabajo que se desarrolla en Ginebra, Suiza.
Navarro añadió que basta conocer los resultados de los indicadores socio-laborales a escala mundial en la última década, para comprender que el modelo impulsado por las grandes potencias imperantes, se encuentra en una profunda crisis, multifacética y global, apelando para su salida. a las formulas neoliberales.
Esas políticas, dijo, trajeron miseria y destrucción del beneficio social en el mundo, provocando el paulatino desmantelamiento del llamado estado de bienestar, y el abandono de las propuestas políticas que antaño se presentaban como paradigmáticas, y que en la actualidad han acentuado continuos ataques a la protección social, aumento incesante del desempleo, particularmente en los jóvenes.
El representante de la CTC apuntó que se ha incrementado los índices de indigencia, miseria y pobreza, la discriminación de la mujer, los cambios negativos en la naturaleza, y los niveles alarmantes de desigualdad entre las clases sociales, confirmando la profundización de las contradicciones antagónicas entre capital y trabajo.
Seamos realistas, dijo Navarro Fernández, al aseverar que si en el seno de la OIT ya se reconoce que en la actual situación mundial, hay cuestiones para cuya respuesta aún la Organización Internacional del Trabajo no dispone de medios adecuados, entonces se necesitan cambios que ya son evidentes, y para ello, solo basta con tener una mirada con adecuada voluntad política a lo que pasa en Latinoamérica.
En América Latina y el Caribe, si bien aún persisten problemas socioeconómicos y laborales, se aprecian avances en una nueva época de transformaciones, y crecimiento económico con mayor redistribución de la riqueza, notables avances sociales, rescate de la soberanía, y de la dignidad de nuestros pueblos, subrayó.
Y añadió, en la región se opera un tiempo de cambio político, que construye una integración alternativa de carácter anticapitalista con iniciativas populares y experiencias de integración estatal, que defienden sobre todo la soberanía de nuestros pueblos ante la voracidad de las superpotencias.
El reto de las demandas en América Latina por tanto, deberá estar centrado en avanzar en la construcción de alternativas en materia de soberanía alimentaria, energética y financiera, en la defensa del medio ambiente y contra el efecto del cambio climático, donde prime la paz y no la militarización y el terrorismo de Estado y donde la atención y búsquedas de soluciones a los graves problemas sociales que aún nos aquejan, sea la base de nuestras razones de lucha., sentenció.
Tales circunstancias, expresó, acentúan la responsabilidad del movimiento sindical, se impone el desafió y el deber de ampliar la movilización y concientización de las masas trabajadoras para luchar, al lado de otras fuerzas progresistas, por dos objetivos interconectados: derrotar la reacción neoliberal e impulsar acciones transformadoras.
Para ello, dijo, hay que concentrar las energías del movimiento sindical en superar las dificultades, recuperar fuerza, ampliar su capacidad de movilización y contribuir de forma decisiva para la afirmación concreta de los valores del trabajo y la elevación del protagonismo de la clase trabajadora en el destino político de las naciones latinoamericanas.
El representante de la CTC expresó que el reto no es solo institucional, porque la clase trabajadora, que resiste la ofensiva emprendida por el capital, se encuentra fragmentada, dividida y vulnerable al asedio de las empresas capitalistas, que opera a través de diversos medios, la mayoría de las veces con el respaldo de quienes promueven la colaboración y conciliación de clases.
Esto constituye, afirmó, que el movimiento sindical tendrá que enfrentar una serie de dificultades, cuyo único camino para revertir dicha situación es la UNIDAD de todos los que poseemos voluntad de luchar a favor de nuestros pueblos.
En Cuba a pesar de ser un pueblo bloqueado por más de 50 años, sumado a los fenómenos naturales que nos afectan y los efectos de la crisis mundial, los trabajadores disfrutan de derechos políticos, laborales, culturales, y sociales que en el mundo convulso de hoy son un verdadero privilegio, dijo Navarro.
Y destacó, los cubanos cuenta con pleno disfrute y protección de seguridad social universal, que incluye a todos los trabajadores estatales y no estatales, sin distinción.
Raimundo Navarro agregó que la Revolución cubana ha formalizado los servicios de salud pública y la educación universal y gratuita, la convención colectiva se asume y se practica por ley previa discusión y acuerdo entre todos los trabajadores, así como existe un permanente dialogo social donde los afiliados a los diferentes sindicatos asumen el principal rol de verdaderos dueños de los medios fundamentales de producción.
Ejemplo de ello, señaló en Cuba, la ley de seguridad social vigente, se discutió con los trabajadores, y el nuevo código del trabajo, que próximamente será sometido a consulta de todos los hombres y mujeres que laboran en todos los sectores, antes de llevarlo al parlamento, como un ejemplo más de la democracia participativa que caracteriza sociedad cubana.
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