Blogia
Sindicalísimo

La esperanza perdida de la ultraderecha española

Publicado por Orestes Eugelelés Mena

Tomado de Granma

De todo un poco tiene el largometraje político protagonizado por la expresidenta de la Comunidad de Madrid y actual titular del Partido Popular (PP) en la región, Esperanza Aguirre, quien transita con facilidad de una trama de espionaje y corrupción a la más bufa de las comedias, cuando los micrófonos abiertos le juegan una mala pasada.

Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid y actual titular del Partido Popular en la región, ha protagonizado una serie de escándalos políticos y casos de corrupción.

Con el pomposo título nobiliario de condesa consorte de Murillo, Aguirre acumulaba tres escabrosas décadas en la palestra pública antes de salir por la puerta estrecha y renunciar a su cargo de gobernadora por causas poco claras en septiembre del 2012, dejando un legado de privatización de hospitales y de progresiva desarticulación de los servicios públicos.

Sin embargo, deben removerle poco la conciencia las masivas protestas del movimiento social 15-M, un grupo que calificó de "camorristas" y "pendencieros" y comparó con los jacobinos de la Revolución Francesa en busca de un golpe de Estado.

Aguirre cuenta con un rosario de este tipo de comentarios fuera de tono, disparates y confusiones, como cuando confundió a la escritora española Dulce Chacón (fallecida hace varios años) con la poetisa cubana Dulce María Loynaz (también fallecida). Durante la inauguración de un colegio que lleva el nombre de Chacón, Esperanza preguntó a la madre de la novelista: "¿Dónde está Dulce, en Cuba?" Igual de famosa es su versión del apellido del genial portugués José Saramago, reconvertido en sus labios en "la novelista Sara Mago", así como su antológica sentencia de muerte a los arquitectos porque sus crímenes perduran para toda la vida.

EL "ESPERANZAgATE", GÜRTEL Y BÁRCENAS

El viejo "animal político" que es Esperanza Aguirre ha demostrado que solo le importa una cosa, el poder, y es capaz de hacer cualquier cosa por saciar su sed de grandeza.

La Agencia Tributaria española confirmó que financió de forma irregular su campaña electoral del 2003 y 2004 para la Comunidad de Madrid con "donaciones" a una fundación vinculada al PP (FUNDESCAM) que ella misma presidía y cuyos fondos no podían ser utilizados para labores proselitistas.

El favor de los empresarios lo pagó luego con más de 200 ventajosos contratos con el gobierno comunitario por valor de 300 millones de euros.

Esos "buenos contactos" le permitieron cambiar la política por el lucrativo puesto que ostenta ahora como "asesora estratégica" de Seeliger y Conde, una transnacional cazatalentos.

Esas ansias la llevaron también a verse envuelta en uno de los mayores escándalos políticos en la historia del PP, digno de Carl Bernstein y Bob Woodward, los periodistas del Washington Post que develaron el caso Watergate, donde estaba implicado el presidente Richard Nixon y que terminó con su dimisión en 1974.

El "Esperanzagate" ibérico fue destapado a comienzos del 2009 por El País, pero los acontecimientos sucedieron un año antes. Según la información obtenida por el diario, Aguirre utilizó fondos públicos y a funcionarios de la Comunidad para seguir los pasos de sus adversarios directos dentro del mismo PP, entre ellos el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo y el exvicepresidente y exconsejero regional Alfredo Prada.

No era poco lo que estaba en juego entonces, desde la disputa por la presidencia de los populares, en la que terminó reeligiéndose Mariano Rajoy, hasta el control político de la poderosa Caja Madrid, una batalla que también perdió al asumir la dirección Rodrigo Rato y no su aliado Ignacio González.

Sin embargo, en el 2010 la jueza que atendía las acusaciones de espionaje decidió archivar el caso por "falta de pruebas", pero no de que se hubieran cometido efectivamente los seguimientos, sino de elementos que demostrasen que estos constituían en realidad un delito. No sería la primera vez que Aguirre saliera bien librada de escándalos políticos en los que, a todas luces, debió haber estado involucrada o, cuando menos, enterada.

Aún es poco lo que se sabe del papel real que jugó en el caso Gürtel, una compleja trama de sobornos a altos cargos de la Comunidad Madrileña y Valenciana a cambio de beneficios económicos, en el que están involucrados altos cargos del PP. Asimismo, muchos de los alcaldes sancionados por los negocios turbios son reconocidos "aguirristas".

Tampoco son claros los nexos de Aguirre con el reciente escándalo de Luis Bárcenas, extesorero del PP, quien supuestamente habría llevado una contabilidad alternativa del Partido y realizado pagos ilegales a sus principales dirigentes. Varios analistas coinciden en que todo esto sucedía bajo sus narices, y pocas cosas se mueven en la Comunidad de Madrid sin que ella las haya autorizado o impulsado.

AMISTADES PELIGROSAS

Fue ese mismo escenario madrileño el que Aguirre intentó convertir —de la mano de su amigo y guía intelectual José María Aznar— en una segunda Miami y un nuevo cuartel central para los grupos anticubanos.

Llegaron incluso a crear la Fundación Hispano-Cubana, como homóloga de la tristemente célebre Cubano-Americana, entre otras organizaciones. Incluso fondos públicos comunitarios fueron malversados para subvencionar acciones de desestabilización contra la Isla, un dinero que bien podría utilizar hoy Madrid para evitar la quiebra de sus hospitales, por ejemplo. Bajo su mando, desfilaron por allí declarados terroristas de origen cubano como Carlos Alberto Montaner, amigo personal de Aguirre, y Antonio "Toñin" Llama, entre muchos otros.

Por todas estas razones no sorprenden sus nuevos y desaforados ataques contra Cuba, ni sus cuestionamientos a nuestro sistema legal y político. Más habría que preocuparse el día que un personaje de su tipo rompa en alabanzas hacia la sociedad cubana. Al final, Aguirre es solo otra esperanza perdida de la ultraderecha española.

0 comentarios