Ciudad de Miami: aguda crisis ética
Publicado por Orestes Eugellés Mena
En Miami se ha ido formando otra gran charca que en este caso incluye oscuros negocios deportivos y suculentas contribuciones de estos a políticos locales que después apuntalan sus millonarios intereses.
A mediados de abril de 2008, un alto ejecutivo del deporte floridano, Mike Sophia, declaró a la prensa que el fútbol se transformaría en Miami “en el gran mercado de Estados Unidos”.
Sophia agregó entonces que con cada partido internacional se generarían entre 50 y 150 millones de dólares de impacto económico para la ciudad.
Un cable de la agencia noticiosa francesa AFP había desplegado antes un titular que decía: “Miami quiere ser tomada en cuenta por el negocio del fútbol”.
Pero tal escenario aparentemente muy atractivo escondía su lado podrido, tan familiar en Estados Unidos que resulta inadvertido o asumido con naturalidad.
Un periodista del diario El Nuevo Herald que radica en Miami, Daniel Shoer Roth, comentó uno de esos tantos casos en su edición del pasado 26 de enero.
Bajo el titulo “Desconfianza ciudadana justificada sobre el estadio”, comenzó citando un concepto del sabio alemán Albert Einstein cuando, al definir el término locura, dijo que era el acto de hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado distinto.
Según Roth, tal idea de Einstein se aviene ahora con la propuesta de emplear fondos del tesoro público para financiar la renovación de un estadio que pertenece a un empresario “forrado en billetes”.
Ello gira en torno al propietario y la gerencia de los Dolphins y su plan de modernizar el estadio Sun Life, en Miami Garden, así como al contrato entre las autoridades locales y el equipo de los Marlins para levantar su estadio en la titulada Pequeña Habana.
Junto a eso la jefatura del condado autorizó al Parlamento de la Florida a un incremento de impuestos a los turistas alojados en hoteles de Miami y un descuento fiscal adicional sobre los ingresos de los Dolphins para que este equipo de fútbol materialice obras por unos 400 millones de dólares.
Un día después de esta concesión del referido cuerpo legislativo se descubrió que los mediadores encargados de buscar votos entre los legisladores y funcionarios fueron asesores en la campaña de reelección del alcalde condal, Carlos Giménez, quien recibió gruesas cifras de dinero del dueño de los Dolphins, Stephen Ross.
Excelente disparo del periodista Daniel Shoer Roth cuando el pasado 26 de enero aseguró textualmente:
“Razones no faltan para que los ciudadanos estén escépticos, desalentados y no crean en nadie, mucho menos en los políticos de Miami-Dade.
Tomado de Cubadebate
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