Turismo de la pobreza
Publicado por Orestes Eugellés Mena
Un creciente número de turistas están buscando algo que no pueden encontrar ni en la cima de la Torre Eiffel en París, ni a los pies de la Estatua de la Libertad en Nueva York. Ese algo se encuentra en los barrios más pobres de las ciudades que visitan y tiene el sabor de la vida real, tal y como la experimentan los más desfavorecidos. (Fuente: BBC)
A eso le llaman “turismo de la pobreza” espabilados agentes de viajes que comienzan a explotar un nuevo filón, apuntando por ahora hacia la caracterizada Bombay, en la India, aunque también en menor escala las favelas de Río de Janeiro, presentadas entonces como paisaje natural atractivo, inevitable y eterno, como un divino sistema de castas inmutables.
La elección del sitio no es nada fortuito, si se inspira en aquella cinta premiada por un Oscar en la que un niño pobre, por la gracia de un milagro, se convierte en millonario por la puerta falsa y elusiva de un sorteo. Pero las gentes de allí que malviven al día se quejan de que los visitantes llegan, hablan algo con ellos, tal vez le dejan alguna caritativa limosna, toman fotos y luego sus existencias prosiguen tal cual. Porque tampoco los promotores de la excursión ni remotamente insinúan causas.
Tal vez sirva a ciertas almas turísticas para lavar momentáneamente sus malas conciencias y después recordar la visita como una excitante experiencia de un mundo que es así y por el que no merece preocuparse. El fin de cuenta es el “turismo de la pobreza”.
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