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Sindicalísimo

Cuba reporta 4,9 de mortalidad infantil

Publicado por Orestes Eugellés Mena 



En los últimos cuatro años Cuba alcanza cifras inferiores a 5 en la tasa de mortalidad infantil —la más baja en las Américas junto a Canadá—, sustentada en la política sanitaria del Gobierno revolucionario que garantiza la equidad en el acceso a los servicios asistenciales que reciben la madre y el niño.

La justeza social se revela de modo inequívoco cuando observamos el comportamiento de ese indicador en las 15 provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud. Las que presentan en el año recién concluido un resultado superior a la media nacional de 4,9 no sobrepasan el 7,9.

Estados Unidos, que mantiene una criminal guerra económica de medio siglo contra nuestro país, registra una mortalidad infantil de 7, aunque atendiendo a las humillantes de-sigualdades entre ricos y pobres, en las franjas donde habita la población más desposeída esta tasa es, como mínimo, 2,5 veces superior. Y unos siete millones de niños carecen de cobertura sanitaria.

Como sabemos, la tasa de mortalidad infantil, que mide el riesgo de morir durante el primer año de vida —el más crítico en la supervivencia de un ser humano—, es expresión de la calidad con que un país atiende y protege a la madre y al niño, su salud, su seguridad material, su educación y socialización. Es por ello un indicador demográfico internacional que muestra de forma sintética esos avances.

Según datos preliminares ofrecidos a Granma este primero de enero por la Dirección de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública, en el 2011 se produjeron 133 063 nacimientos, que representan 5 317 más que los ocurridos en el 2010.

Siete provincias logran tasas por debajo de 4,9. Son ellas, Las Tunas (3,5), Artemisa (3,9), Pinar del Río (4,0), Holguín (4,0), La Habana (4,3), Ciego de Ávila (4,4) y Granma (4,4). De los 168 municipios del país, 17 tienen cero mortalidad infantil.

Cuando interrogamos cada año a expertos en el tema sobre cómo Cuba hace posible estas favorables tasas de mortalidad infantil, las respuestas suelen ser del mismo tenor: voluntad y decisión política, un alto grado de escolarización de la población, un abarcador programa de vacunación con una cobertura de prácticamente el ciento por ciento de los niños, y un sistema sanitario universal, accesible y gratuito, que rescata ahora la concepción inicial del Programa del Médico y Enfermera de la Familia para lograr un sistema de salud más eficiente y sostenible.

A ello se suma la alta calificación científico-técnica de nuestros trabajadores de la salud, con su proverbial entrega y solidaridad humana.

Son conocidos los múltiples cuidados que reciben las embarazadas en nuestro país. Por el significado que entraña para la seguridad y felicidad de las familias cubanas, recordemos a modo de ejemplo las atenciones que se les brindan mediante los servicios de Genética a nivel del área de salud.

Al inicio del embarazo se establece la clasificación del riesgo genético; estudio de electroforesis de hemoglobina para identificar portadoras de anemia drepanocítica (sicklemia); si la gestante es portadora se practica el estudio al esposo, y si ambos lo son, se realiza al hijo por nacer el diagnóstico de la condición de sano, portador o enfermo.

También se hace Ultrasonido genético en el primer y segundo trimestres del embarazo, y un estudio de alfafetoproteína para la identificación de defectos del sistema nervioso central. A las gestantes de 37 y más años, las de mayor riesgo de tener un bebé con enfermedades debidas a alteraciones cromosómicas (Síndrome Down, por ejemplo) se les da la posibilidad de realizarse un estudio prenatal citogenético.

Afirman especialistas del Programa de Atención Materno-Infantil que es posible lograr aún mayores seguridades para la mujer y su descendencia, y hacen un llamado a la autorresponsabilidad de las mujeres en edad fértil para que establezcan una adecuada planificación familiar, que comprende investigaciones previas, a fin de que aseguren su buena salud durante la gestación y minimicen los riesgos.

Los médicos de familia brindan esa atención y dan seguimiento a los trastornos vinculados al riesgo preconcepcional. Para ello se debe acudir a consulta, como mínimo, seis meses antes de la planificación de un embarazo deseado. Estos riesgos están relacionados fundamentalmente con la desnutrición, anemia, hipertensión, diabetes mellitus, hipotiroidismo, infecciones de los aparatos reproductivo, urinario y respiratorio (asma).

Para que el indicador de mortalidad infantil, expresión del índice de desarrollo humano, pueda seguir decreciendo se requiere de los esfuerzos de nuestro sistema sanitario y, también, de un mayor compromiso individual y social en la adopción de medidas que conduzcan a embarazos responsables.

(Tomado de Cubasi)

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