Otros indignados: las víctimas de Fukushima reclaman una indemnización
Publicado por Orestes Eugellés Mena
Por fin, las víctimas de la crisis nuclear de Japón pueden reclamar una indemnización. Y están enfadadas.
Están furiosas con el papeleo que tienen que hacer para recibir asistencia básica y, desesperadas, aún no pueden seguir con sus vidas tras siete meses del enorme seísmo y tsunami que provocaron el mayor desastre nuclear en 25 años.
Los gritos llenan una sala de un complejo de viviendas temporales donde siete funcionarios, arrodillados con trajes oscuros, se enfrentan a más de 70 inquilinos que fueron forzados a abandonar sus casas cerca de la planta nuclear de Fukushima después de que algunos de sus reactores se fundieran tras el terremoto del 11 de marzo.
“No sabemos en quién confiar”, gritó un hombre en la atiborrada sala donde los funcionarios tratan de explicar los complejos procedimientos para reclamar la indemnización.
“¿Podemos realmente regresar a casa? En caso contrario, ¿puede garantizarnos nuestro medio de vida?”, preguntó.
Unas 80.000 personas fueron forzadas a dejar sus casas por la crisis nuclear.
Mientras la propietaria de la planta, Tokyo Electric Power, ha efectuado pagos temporales a algunas de las víctimas, el mes pasado finalmente comenzó a recibir las solicitudes de indemnización.
Pero el procedimiento es tan complicado que solo parece empeorar las cosas.
Después de que los demandantes hubieran leído un manual instructivo de 160 páginas, deben llenar un formulario de 60 páginas y adjuntar los recibos de alojamiento, transporte y costes médicos.
“Es demasiado difícil. Voy a ver cómo me va. No quiero apurarme y equivocarme”, dijo Toshiyuki Owada, un evacuado de la ciudad Namie de 65 años, a unos 20 kilómetros de la planta.
Owada es uno de los tantos que todavía no ha solicitado indemnización aunque hayan perdido sus empleos o negocios y se estén quedando sin dinero.
Complejo e injusto
La complejidad de la tarea es uno de los elementos disuasivos. Existe otro elemento: la percepción de que Tokyo Electric Power no está jugando limpio.
La confianza en las autoridades es baja. La gente cree que el Gobierno ha estropeado su respuesta inicial ante la crisis y que es hermético en cuanto a lo que realmente está ocurriendo.
Tokyo Electric Power es acusada de no tomar suficientes medidas de seguridad en la planta de Fukushima aunque conocía los riesgos y de minimizar después deliberadamente el alcance del accidente.
También es visto como algo insensible la cláusula del manual de instrucciones original que les decía a las víctimas que debían renunciar a su derecho a desafiar la cantidad de la compensación para recibir el pago provocó un escándalo público.
La compañía, castigada por el Gobierno, prometió dejar sin efecto la cláusula, emitió un libro de instrucciones simplificado de cuatro páginas y asignó 1.000 empleados a la prefectura de Fukushima para ayudar a las víctimas con el proceso.
“Puede haber momentos en los que el contenido es difícil de comprender o en algunos casos puede que nuestro empleado a cargo no lo comprenda en su totalidad, pero nos gustaría explicarlo y ofrecer una respuesta tan cuidadosa como sea posible”, dijo el portavoz de la compañía Naoyuki Matsumoto.
Hasta ahora solo 7.100 personas le han exigido compensación a Tokyo Electric Power de los 80.000 a los que les envió formularios. De los 10.000 comercios en la zona de Fukushima, solo 300 han presentado reclamaciones.
La compañía espera un total de 300.000 reclamaciones de comercios dado lo generalizado del impacto de la crisis radiactiva.
Junichi Matsumoto, un directivo de la compañía, dijo que la empresa hasta ahora se enfrenta a 10 demandas judiciales. Se negó a revelar los detalles de dichas demandas pero dijo que algunas estaban buscando más que lo que la firma consideraba apropiado.
Yuichi Kaido, secretario general de la Federación Japonesa de Asociaciones de Abogados, dijo que las demandas son consideradas un último recurso en el noreste rural y conservador de Japón.
“En última instancia, podrían presentarse muchas demandas judiciales”, dijo Kaido, “pero la mayoría está pensando primero en hablar con Tokyo Electric o buscar una mediación”, añadió el letrado.
Resignación
La compensación final depende de si las víctimas podrán regresar y cuándo a sus casas dentro de un radio de 20 kilómetros de la zona de evacuación. Ese interrogante sigue sin respuesta, generando una sensación de resignación entre la mayoría de los evacuados.
Algunos dudan de que alguna vez puedan regresar a sus casas y sugirieron que sus ciudades sean reubicadas en su totalidad. A muchos les preocupan los efectos de la radiación a largo plazo para su salud.
Una encuesta de un periódico de Asahi mostró este mes que el 43 por ciento de los evacuados aún quiere regresar, a diferencia del 62 por ciento en junio.
Para muchos, lo que está en juego -el reembolso por costes de mudanza y traslado asociado con la evacuación, la compensación por daños a la salud y daños psicológicos- profundiza la frustración por lo que han perdido.
Tokyo Electric dijo que pagará unos 100.000 yenes (unos 944 euros) al mes hasta finales de agosto como compensación por el trauma psicológico. Después de eso, la suma bajará a la mitad.
“La evidencia de que estamos viviendo nuestras vidas está completamente destruida. Nos dicen que seremos compensados con 100.000 yenes por nuestro sufrimiento psicológico. ¿Eso es todo?”, dijo Sumiko Toyoguchi, de 75 años y propietario de un restaurante, quien tuvo que abandonar su hogar en Namie.
“Lo que está en la raíz de nuestra frustración es que no podemos ver cómo será nuestro futuro”, añadió.
(Con información de Reuters)
(Tomado de Cubadebate)
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