Siempre recordaremos a Lula Da Silva
Por Orestes Eugellés Mena
Nos hubiera gustado que Luiz Inácio Ignacio Lula Da Silva no hubiera abandonado la presidencia de Brasil porque a pesar de haber ocupado la más alta magistratura de su país, no se olvidó nunca de su clase y continuó amigo de los trabajadores cubanos.
Lula de origen pobre, obrero, llegó al gobierno de su nación y se convirtió en una promesa para muchos de su pueblo desde 2003, año en que ganó el dirección proclamando la llegada de una "nueva era" a Brasil.Desde entonces, los trabajadores de América Latina y el Caribe tuvieron un aliado en la batalla contra las políticas neoliberales de las transnacionales, la explotación, el hambre, en la lucha por el cuidado del medio ambiente, por la unidad de los pueblos del continente en defensa de la soberanía de las naciones.
De su vida hemos conocido, a través de una biografía autorizada, que se crió en una familia de labradores formada por Arístides Inácio da Silva y Eurícide Ferreira de Melo y siete hermanos-cuatro varones y tres hembras. Poco después de su nacimiento, su padre se mudó a San Pablo para trabajar como estibador en el puerto de Santos.
A los 12 años, Lula comenzó a trabajar como limpiabotas y luego como ayudante en una tintorería. A los 14 años consiguió un puesto en una empresa metalúrgica donde se hizo tornero mecánico del Servicio Nacional de Industria, que culminó en 1963. A los 22 años se casó con Maria de Lourdes, una operaria textil
En 1966 comenzó a trabajar en las Industrias Villares donde se inició en el sindicalismo debido a su hermano mayor, ligado al Partido Comunista Brasileño-, quien fue arrestado y torturado por los militares. A partir de entonces Lula participó de forma activa de la vida sindical y en 1972 fue elegido primer secretario del sindicato de metalúrgicos de São Bernardo do Campo.
En 1975 y 1978 fue elegido presidente del sindicato metalúrgico y lideró varias huelgas que aceleraron el final de la dictadura. En aquellos años fue que vino a Cuba e hizo relaciones con el movimiento sindical cubano, y en especial con Angel Villarreal Bravo, quien era Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores Metalúrgicos en la Isla.
En abril de 1980 encabezó un paro de 41 días en el que participaron 270 mil trabajadores. Ese mismo año, junto a otros sindicalistas, intelectuales y académicos, lanzó el manifiesto que fundaba el Partido dos Trabalhadores (PT) de Brasil, en medio de un renacimiento del debate político en la sociedad. Lula y su partido se consolidaron como fuerza política.
En 1983 fue uno de los fundadores de la Central Única de Trabajadores (CUT) que desde entonces ha mantenido fuertes relaciones de amistad y solidaridad con la Central de Trabajadores de Cuba y sus Sindicatos. Lula siempre ha sido defensor de de la Revolución y de la causa del pueblo cubano. Por eso, y su vida en defensa de los trabajadores y de los pueblos de su país y el mundo, lo admiraremos siempre.
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