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Sindicalísimo

USA-Cuba-Terrorismo: Golpe demoledor

Publicado por Orestes Eugellés Mena

Escrito por  Nicanor León Cotayo

Una mentira arrastrada durante más de 30 años acaba de recibir una estocada muy sensible.

¿En qué ha consistido? Presentar una y otra vez a Cuba como un país ligado al terrorismo internacional.

Lo iniciaron en 1982, cuando bajo el gobierno republicano del ultraderechista presidente   Ronald Reagan fabricaron una “lista” y la incluyeron.

¿Quién se auto-arrogó esa facultad? ¿Acaso la Organización de Naciones Unidas (ONU)? ¿Alguna otra entidad internacional?

No, el Departamento de Estado de Washington.

A partir de entonces las reiteradas campañas propagandísticas contra Cuba le han achacado ese delito.

¿Objetivos? Restar prestigio y aislarla del resto de la comunidad mundial, así como dificultarle créditos en ese ámbito.

Pero también justificar de alguna manera el bloqueo económico, financiero y comercial contra la isla.

Sin embargo, este martes, el presidente demócrata Barack Obama, de origen humilde y negro, decidió retirarla de esa lista.
 
Un cable de la Associated Press (AP) informó sobre un Twitter de la Casa Blanca donde refirió lo apuntado.

Esa agencia subrayó que se trata de “un paso clave” en el intento del mandatario para normalizar las relaciones entre los dos países.

Antes, el Departamento de Estado había analizado el tema y sugirió adelantar lo sucedido ahora.

AP escribió que hace tiempo Estados Unidos había dejado de mezclar a la nación caribeña con la acusación de apoyar el terrorismo.

Washington incluyó el rótulo a otros tres países que aún están en su lista: Irán, Sudán y Siria.

Obama anunció el pasado 17 de diciembre que con La Habana se daban los pasos enfilados a normalizar las relaciones bilaterales.

Esta última con anterioridad había manifestado su disposición al diálogo respetuoso y en igualdad de condiciones.

Pero analistas que durante años han seguido las relaciones cubano-estadounidenses hicieron notar un ángulo interesante.

Si Cuba es retirada de esa lista quedarían aún más al desnudo las patrañas que durante más de medio siglo han sido utilizadas contra ella por el vecino del Norte.

Vendrían a corroborar la existencia de una sucia práctica iniciada a raíz del triunfo de la Revolución en enero de 1959 y mantenidas hasta el presente.

Así, por ejemplo, en aquellos primeros días hablaron sobre la ejecución de un “baño de sangre” contra  “opositores”, sin mencionar que eran juicios y sanciones a asesinos y torturadores de la tiranía recién derrocada.

Más tarde montaron sistemáticas cruzadas, como cuando distribuyeron una falsa Ley de Patria Potestad que supuestamente arrebataría los hijos a sus padres.

Gracias a eso la CIA con la ayuda de sus cómplices en la isla y Florida lograron que alrededor de 14 000 niños cubanos fueran enviados solos a Miami y otros lugares.

A renglón seguido fabricaron con gran esmero su historieta preferida: la violación de los derechos humanos en Cuba.

El sub-producto más acabado de esta ha sido la represión contra los “disidentes”, que en verdad son agentes públicamente retribuidos desde Washington.

De sus escandalosas riñas por el dinero fue testigo, cuando era senador, el actual secretario de Estado, John Kerry.

Fueron tan lejos que en una ocasión desde la Cámara Alta se vio forzado a “congelarles” 20 millones de dólares supuestamente destinados a la lucha por la libertad.

Posteriormente llegaron a sumar una campaña sobre la prostitución infantil vinculada con el turismo y otras invenciones de parecida catadura.

Y más cercano el martilleo respecto a la supuesta desmedida influencia de Cuba en los asuntos internos de Venezuela, tan real como la amenaza de Caracas a la seguridad nacional de Estados Unidos.

Cómplices de esas embestidas propagandísticas han sido figuras carentes del más mínimo sentido de la ética y de la decencia.

En primer lugar el senador-candidato presidencial Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen y su carnal Mario Díaz-Balart, Bob Menéndez (delincuente en capilla ardiente) y David Rivera, un bandido ex representante en la Cámara Baja.

Luego del golpe recibido este martes con su lista del terrorismo, ¿quiénes se atreverán allí a lanzar nuevos dardos sobre la violación de los derechos humanos en Cuba?

Veremos hasta dónde llega la frivolidad de los arañados en este proceso todavía inconcluso.

Tomado de Cubasi

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