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Sindicalísimo

Cómo ha podido Dinamarca acabar con el desperdicio de alimentos

Publicado por Orestes Eugellés Mena

alimentos

El dato es rotundo: en Europa 100 millones de toneladas de comida terminan en vertederos cada año, generando 227 toneladas de gases equivalente CO2. No cabe duda, el desperdicio de alimentos es un problema real de nuestras sociedades; compramos mucho más de lo que necesitamos y el resultado es terminar descartando cosas que podrían ser consumidas perfectamente.

Dinamarca ha dicho basta. Una encuesta de 2014 mostró que cada hogar danés arrojaba a la basura 105 kilos de comida al año, tal y como cuenta BBC Mundo. Pero el objetivo es acabar con esto en una serie de medidas pioneras que pueden servir de ejemplo para el resto de países.

En el último lustro, el país nórdico ha reducido sus residuos alimentarios en un 25%. Buena culpa de esta cifra la ha tenido la activista rusa Selina Juul que, sorprendida por el derroche, inició una campaña llamada ‘dejen de derrochar comida’ que tuvo un gran impacto en tierras danesas y que terminó cambiando los hábitos de consumo de la sociedad.

Los ejemplos de los cambios son evidentes. Multitud de restaurantes y cafés figuran en una aplicación llamada Too Good to Go (Demasiado bueno como para dejarlo ir) que permite pedir comida para llevar a precios irrisorios. Son esos alimentos que de otra forma terminarían en la basura, así que los productos sobrantes se ofrecen como una ganga y la aceptación es altísima.

No ha sido la única iniciativa. En 2016 abrieron dos nuevas sucursales de una cadena de supermercados que se llama WeFood que únicamente vende productos pasados de fecha. Los propios consumidores, que suele ser cautos con la fecha de caducidad, se han sorprendido del hecho de que con muchos productos no se pierde ni un ápice de calidad y encima son mucho más baratos.

Otras empresas han optado por reducir la producción y bajar los precios como la cadena de supermercados REMA 1000 con el pan. Lidl ha dejado de ofrecer descuentos que animan a la gente a comprar más de lo necesario. Unilever ha promocionado bolsas para llevar la comida restante en los restaurantes. Las medidas han sido coordinadas y toda la sociedad ha contribuido, lo que ha facilitado unos mejores resultados.

Y aunque es difícil de exportar el modelo debido a que Dinamarca tiene unas características muy específicas –poca población y muy homogénea, aceptación social a tomar decisiones en pro del bien común…-, lo cierto es que Francia e Italia ya están intentando seguir su ejemplo y han aprobado medidas para que los agricultores puedan donar comida más fácilmente.

Lo que sí que ha mostrado Dinamarca es que con concienciación ciudadana se pueden cambiar las cosas y que todo el mundo salga ganando. Y eso no es nada fácil.

(Con información de Yahoo Noticias)

Tomado de Cubadebate

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